La memoria viaja en el tiempo y se imagina las historias contadas al calor del fuego, los sonidos de la sierra en la noche, el frío, el viento del norte, los lobos todo eso pude vivir cuando hice este trabajo fotográfico, pasar una noche en la sierra fotografiando sus antiguos chozos es una experiencia única e irrepetible, que te transporta a tiempos pasados, donde se luchaba por sobrevivir, donde el ingenio humano se utilizaba para cubrir las necesidades básicas, estas construcciones usadas tanto por agricultores como por ganaderos, han servido de refugio y de hogar de familias, incluso cuentan las leyenda que hasta de refugios para forajidos.
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